Ayer en el Hormiguero, Pablo Motos contó un pequeño relato que me encantó, a continuación os escribo lo que dijo y os dejo el enlace del vídeo, espero que os guste tanto como a mi :)
Eran sobre las ocho y media de la mañana cuando un señor de unos ochenta años llegó a un hospital muy conocido de Valencia para que le retirasen unos puntos del dedo pulgar, el señor entró en la sala muy apurado y dijo que tenía una cita a las nueve en punto muy importante por tanto solo tenía media hora y no podía faltar, el hombre estaba muy inquieto. El doctor le dijo que se sentase, imaginando que seguramente pasaría algo más de una hora hasta que se pudiese ir. Comenzó a mirarlo porque no sabía porque se inquietó, el anciano no paraba de mirar su reloj una y otra vez, hasta que el médico decidió colarle. Mientras lo curaba le preguntó si tenía alguna cita con algún otro médico esa mañana porque lo veía muy apurado a lo que el anciano le respondió que no, que tenía que ir al geriátrico para desayunar con su esposa, entonces el doctor le preguntó por la salud de ella, y él respondió que ella hacía tiempo que se encontraba allí porque tenía Alzheimer. Entonces el doctor le preguntó si ella se enfadaría si llegaba tarde, y el hombre le respondió que hacía ya mucho tiempo que ella no sabía quien era él, que hacía como cinco años que ella no podía reconocerlo. El doctor sorprendido le dice, ¿y usted sigue yendo cada maña aún cuando ella no sabe quién es usted?, y él sonrió y le dijo, ella no sabe quien soy yo, pero yo aún se quien es ella, y la amo. Finalmente Pablo pronuncia una gran frase:
La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo, ellos solo hacen todo siempre lo mejor que pueden.
No es una de las mejores voces del panorama musical, pero hace que se me encoja el corazón cada vez que lo escucho, hace que se pare y vuelva a latir rápidamente. Tiene una voz tan dulce, una sonrisa tan radiante, una mirada tan humilde. Es que me encanta!!!!!!!!!!
¿No hay determinados momentos en los que os sentís como extraños? ¿Cómo si no encajaseis, ni en tu familia ni con tus amigos? ¿Momentos en los que te da la sensación de que no te conoces, que estás en el lugar equivocado? A mi me pasa muy a menudo, durante unos minutos realmente me siento como un espectador, como alguien que está viendo una película, o mejor dicho, voy a hacer uso de mis conocimientos en lengua que para algo estudio, eres como el narrador omnisciente, aquel que conoce todo lo que sienten y piensan los que están a su alrededor. Obviamente no conozco ni una tercera parte de las personas que me rodean, cada persona es un mundo, con sus manías, costumbres, problemas..., de eso soy consciente, a lo que me refiero es que cuando una persona te cuenta sus problemas, los escuchas, e intentas ayudarle a encontrar una solución, confían en ti. Es ese momento, cuando comienzas a buscar en tu interior, y te das cuenta de que conoces los problemas de los demás pero no los tuyos propios. Si os sentís igual que yo y no sabéis que hacer os recomiendo lo que yo hice, consistía en escribir en un folio todos vuestros problemas, hasta el más insignificante, yo lo estuve mirando un buen rato, la cara de un folio completa y seguramente me quedé algo en el tintero. Cogí otro folio y puse la solución que yo creía más acertada para cada uno, la hoja de los problemas la rompí en mil pedazos, y la de las respuestas está en un lugar donde yo pueda verla todos los días al despertar. A muchos os parecerá una pérdida de tiempo, otros pensaréis que estoy muy aburrida, no me importa en realidad, porque por primera vez en muchos años un problema que tenía muy dentro, del que no era consciente, a desaparecido, y eso me anima a seguir resolviendo cada problema. Por eso yo os animo a que os conozcáis, a que os concedáis unos minutos de vuestro limitado tiempo, a que dejéis de negar la realidad y os enfrentéis a vuestros problemas, nunca está demás hacer algo por uno mismo.
Creo que ya la había puesto antes pero es que es tan espectacular. Es este sonido que despierta en mi magníficas sensaciones, tristeza, alegría,.... Las lágrimas que brotan de mis ojos no cesan, esas notas que me dan una sensación de paz, unas grandes manos únicas capaces de interpretar esta bella canción, un gran pianista. GRACIAS YIRUMA!
Mírate al espejo, muy de cerca, olvida todo aquello que no te deja sentirte a gusto contigo mismo, olvida tus miedos e inseguridades, olvida eso que últimamente no te deja sonreír. Pero si no estás sonriendo, sonríe, pero no una de esas sonrisas que muestras a la gente para hacerles creer que estás bien, no, olvida tus problemas y piensa en todo lo bueno que has hecho a lo largo de tu vida, recuerda esa tarde en el parque con tus amigos, esa en la que no podías parar de reír, recuerda esas notazas que sacaste, recuerda la felicidad del primer amor,...esa es la sonrisa a la que me estaba refiriendo. Ahora algo más difícil, vuelve a mirarte al espejo, pero ahora mírate el alma, pese a los errores que hayas cometido, ¿no crees que eres jodidamente bello?, ¿no sabes?, bien, no te conozco y ni si quiera sé si alguien leerá esto, pero si lo estás leyendo, puedo asegurarte que en este difícil momento vas a ser fuerte, porque sabes que puedes hacerlo, eres alguien muy especial, único, date a conocer, muéstrale al mundo tu belleza, lucha contra viento y marea, no te rindas, no te deprimas, tienes a tu alrededor gente que estaría dispuesta a hacer cualquier cosa por ti, no te guardes tus problemas, compártelos, el simple echo de que sigas intentándolo te hace grande. ¿Por qué esta entrada? Bien, a veces hace falta que alguien nos diga que cree en nosotros, y puedo asegurarte que nadie a nacido para fracasar, de lo que realmente se trata es de que no dejemos de intentarlo, así que, aunque no te conozca te digo que CREO EN TI, porque sabes perfectamente que estás suficientemente capacitado para conseguir aquello que te propones.
A veces tomamos malas decisiones por las que somos criticados, decisiones que una vez tomadas nos hacen la vida un poco más difícil, que cambian nuestro destino. Y si eso nos es suficiente siempre hay alguien que se encarga de recordártelo de por vida, te recuerda como fallaste, convierte tu problema en el único tema del que hablar, y a esas personas les pregunto ¿no tenemos derecho a fallar?, ¿qué nos hace distintos a vosotros?, ¿solo podéis fallar vosotros?, ¿os habéis preguntado que motivo nos llevó a hacerlo? Muchas veces tras una mala decisión hay un motivo oculto que nadie intenta conocer. La vida no solo se trata de tomar decisiones sino de aprender a encajar las críticas cuando hacemos algo mal o simplemente si no es cierto lo que dicen ya sabéis oídos sordos, porque van a ser pocas las personas que se acerquen a preguntarte ¿por qué lo hiciste realmente? Porque solo las personas que con una palabra o mirada saben que estás mal, esas personas sabrán que hubo algo que te impulsó a hacerlo. A la gente le gusta hablar, criticar sin conocer a una persona, no intentan ponerse en tu lugar, es muy fácil mirar con malos ojos a una persona sin conocer su historia. Comenzamos a tomar decisiones cuando dejamos de depender de los demás, cuando somos lo suficientemente maduros para saber lo que está bien y lo que está mal, detrás de cada decisión hay un motivo. A veces nos sentimos solos, otras veces la presión puede con nosotros, algún suceso, algún desafortunado sentimiento, motivos que nos impulsan a cometer malas decisiones, decisiones de las que podemos aprender, con o sin ayuda, porque cuando dejamos de depender de los demás emprendemos un camino solos, en el que tomamos decisiones, y sí, pueden estar algo influenciadas por opiniones, pero al fin y al cabo las tomamos nosotros. Y hay que aprender a ser lo suficientemente fuertes para aguantar lo que viene tras esa decisión, pero con suerte tendrás a alguien en el que apoyarte. Por tanto no dejes de tomar decisiones por el miedo a fallar o al que dirán, EQUIVÓCATE!, cae y vuelve a caer, las malas decisiones al principio hacen que nos enfademos, que sintamos una gran impotencia pero al mismo tiempo nos incitan a querer arreglarlo, a reparar eso que hicimos mal, nos hacen mejores personas, nos hace humanos. A veces las malas decisiones hacen buenas historias.
Cuando tengo unos de esos días en los que se me vienen todos lo problemas a la cabeza lo mejor que puedo hacer para desahogarme es escribir e ir a correr, y es que aunque me encante escribir no hay nada como irse por la tarde al parque, con mi música preferida, y un espléndido Sol, aunque haga un poquito de fresquillo. Porque cuando me pongo a correr, desaparecen de un plumazo todos mis pensamientos, miro hacia adelante intentando ver el final del camino, lo único que me importa en ese momento es llegar hasta el final sin parar, mentalizarme de que aunque mi cabeza me diga que no puedo, que tengo que parar, sé que mi cuerpo puede seguir. Cuando llego a la mitad del camino paro para observar el parque, el atardecer y es precioso, ya no hay problemas, recupero la respiración y vuelvo para atrás, y es ahí donde comienzo a recordar lo que me digo siempre en estos días, yo asemejo la vida con una maratón, la vida al fin y al cabo es un camino que tenemos que recorrer, y no hay prisa, ya que no se trata de llegar el primero si no de llegar al final, de acabar el recorrido entero, habrá momentos en los que tu cabeza te dirá BASTA!, pero, párate a pensar, si cada vez que pensases que no puedes hacer algo, si te rindieses a la primera de cambio, ¿cuántas cosas habrías conseguido en tu vida?, ya te respondo yo, casi nada, hay que seguir adelante, hacer frente a las dificultades, hacer frente a los obstáculos, hacer frente al cansancio, se trata de llegar. A veces el camino se inclinará, será más difícil de atravesar, pero sabes que puedes hacerlo. Y nunca olvides que cuando realmente no puedas más, antes de hacer cualquier estupidez, recuerda que cuando llegues al final, podrás mirar hacia atrás orgulloso de tu recorrido y por supuesto podrás mirar hacia adelante para observar ese maravilloso paisaje que te espera y darte cuenta de que tu vida no era tan complicada, solo era cuestión de perseverancia y paciencia.
Siglo XVIII , una chica de diecinueve años que creció demasiado rápido, que no sabe leer, ni tocar el piano, no entiende de arte, ni de punto, cuyo padre perdió las ganas de vivir y su madre no dejaba de enfermar, con cuatro hermanos más pequeños a los que cuidar. Ahora está sola, en plena guerra y debe construirse su futuro, con la ayuda de un joven traumatizado por la pérdida de su mujer e hijo y de un soldado destinado en su pequeño pueblo, en la búsqueda de una pequeña insignia que cambiará por completo el destino de nuestros personajes, Alicia superará una serie de obstáculos que no se lo pondrán nada fácil. Una historia que reúne los ingredientes necesarios para vencer al aburrimiento.
El amor debería ser un arte, el amor inspira a músicos, escritores, guionistas,pintores...El amor hace a la gente más buena, la hace valiente, segura, le da la felicidad, hace que nos olvidemos del mundo, que lo veamos todo mejor. Y es que ayer escuchando en casa de una amiga una canción de Ed Sheeran, en concreto kiss me, una canción que consiguió encoger mi corazón, que se me pusiesen los pelos de punta, que me replantease muchas cosas. Cuando volvía a casa en mi cabeza no dejaba de sonar una frase, una frase que se ha quedado grabada en mi mente y que no va a desaparecer durante un tiempo.
Las canciones, películas, libros nos muestran el amor algo idealizado, pero consiguen hacernos llorar, consiguen que relacionemos algunas escenas con nuestras vidas, momentos similares, deseamos que en nuestra vida aparezca un amor así. Pero lo más curioso es que se puede conseguir. Cuando estás enamorada, cuando estás con alguien, aunque no ocurra igual que en las películas, todo es mejor, tu vida tiene más sentido, no tienes miedo del mañana, estás dispuesta a darlo todo, porque en ese momento lo único que no quieres perder lo tienes ahí, a tu lado, rodeándote con su brazo, sentirte afortunada al saber que eres la única a la que le regala esa mirada y sonrisa, esa que solo te enseña a ti. Cuando estás enamorada el tiempo se para, y lo más importante es saber que hay alguien que no te dejará caer, y que si caes siempre estará ahí para darte su mano y ayudarte a levantar, saber que hay alguien dispuesto a aguantar tus manías, tus caprichos, alguien que sin necesidad de decirlo sepa cuando debe abrazarte o no pronunciar ninguna palabra. Alguien que comprenda tu silencio, que te regañe cuando no hagas las cosas bien, alguien que te haga sonreír en el peor momento de tu vida, pero una sonrisa de esas sinceras. El amor nos hace mejores personas, y sí, puede hacernos desdichados, quitarnos todo, pero merece la pena, merece la pena sentirse así. Hay que seguir adelante y dejar que nuevas personas entren en tú corazón y te demuestren que pueden hacerte sentir lo que sentiste una vez.
