jueves, 8 de diciembre de 2011

La historia del hombre que viajó al espacio.

Habéis sentido alguna vez como si vuestra cabeza fuera a explotar, les pensamientos van de un lado a otro, se mezclan, se revuelven, son como pequeñas voces que no se callan, y así es imposible solucionar cualquier problema.
Una vez escuché una historia, trataba de un hombre cuyo más preciado deseo era viajar al espacio, y lo consiguió. El problema era que fue en una nave muy pequeña, era realmente incómodo estar en ella, pero por realizar su sueño aceptó las limitaciones de la nave. 
Una vez arriba, en el espacio, pudo observar realmente anonadado la belleza de la Tierra. De repente comenzó as escuchar un ruido, era como un, tic tic tic tic..., el hombre comenzó a buscar de que objeto salía ese sonido, lo buscó durante minutos, horas, incluso días, y con las limitaciones de la nave que  no ayudaba nada. No lo encontró pensó que se volvería loco, debía de estar un mes en esa diminuta nave con ese sonido. Nuestro hombre al borde de la locura, cerró los ojos, dejó su mente en blanco durante unos segundos, el sonido cesó. Ese incómodo sonido realmente no había desaparecido, lo que había ocurrido es que el hombre se había acostumbrado a tenerlo junto a él, y lo que escucharía a partir de ese momento sería una brillante melodía.
La  ''moraleja'', por decirlo de alguna manera, que yo saco de esta historia y que asocio con mis problemas, es que no hay que agobiarse, no tenemos porque solucionar todos nuestros problemas a la vez, ni derrumbarnos, no. Hay que vivir con ellos, analizarlos tranquilamente, y buscar una solución. Si nos obsesionamos con encontrar soluciones rápidas, lo único que conseguiremos será errar una y otra vez.




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