domingo, 11 de diciembre de 2011

Jane Eyre

-¿Debo irme señor? ¿Debo irme de Thornfield?
-Si, lo siento pero me temo que debe hacerlo.
-¿Va a casarse?
-Exacto ni más ni menos, como usted ya a predicho con su habitual acierto, cuando me case Adele debe ir al colegio, y usted debe encontrar otra colocación.
-Si señor me anunciaré inmediatamente.
-No, no lo hará, ya le he encontrado un sitio.
-Irlanda está muy lejos señor, lejos de Thornfield y muy lejos de usted, señor.
-Hemos sido buenos amigos, eh, Jane. Es difícil separarse de un amigo para no verlo jamás, y usted y yo es como si fuéramos los gemelos, unidos con un lenguaje sin palabras, compartiendo el mismo espíritu, somos tan parecidos. Cuando estemos separados, cuando me deje, se romperá ese vínculo y sangrará por dentro, pero usted me olvidará con el tiempo.
-No, yo no le olvidaré nunca. ¡Cómo puede decir eso!-rompe a llorar-¿qué se cree que soy? Quisiera no haber nacido, quisiera no haber venido aquí, quisiera no haber llegado a amar Thornfield. Amo Thornfield. Lo amo porque he vivido una vida plena, no se me ha despreciado, me han tratado como a una igual, usted me ha tratado como a una igual. Usted es la mejor persona que conozco y no puedo soportar la idea de tener que dejarle.
-¿Tiene que dejarme Jane?
-Pues claro, porque usted tiene una esposa.
-¿A quién se refiere? 
-A Blanche Ingram, desde luego, casi están casados, están prometidos.
-Yo no le he prometido nada a Blanche.
-Alguien que es inferior a usted, alguien con quien no simpatiza, por supuesto que debo irme. ¿Cree que soy una máquina? ¿Qué puedo aguantarlo? ¿Cree que por que soy pobre, fea, oscura y pequeña, carezco de corazón, no tengo alma? Tengo tanto corazón como usted y tanta alma como usted. Y si Dios me hubiera dado belleza y riqueza haría que le resultara tan difícil dejarme, como me resulta a mi dejarle a usted.
-No me dejarás Jane.
-Suélteme.
-Jane, Jane, no luches conmigo.
-Yo soy una persona libre, y haré lo que me plazca.
-Jane, si, lo harás, tu decidirás tu propio destino. Jane yo te ofrezco mi mano, mi corazón y todas mis posesiones.
-Se ríe de mi.
-Yo no haría eso. Jane quiero que vivas conmigo, que pases la vida como mi otro yo, mi mejor compañera en la Tierra. Jane no tienes fe en mi.
-Ninguna.
-Dudas de mi.
-Por completo.
-Jane tu sabes que no quiero a Blanche, te quiero como a mi propia vida. Dime que te casarás conmigo, dilo enseguida. Jane, ¿me aceptas?
-¿ Lo dice en serio?, me cuesta creerlo.
-Te lo juro.
-Entonces señor...
-Llámame por mi nombre, llámame Edward.
-Entonces Edward, me casaré contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

1 Km menos para la felicidad