Comenzamos a tomar decisiones cuando dejamos de depender de los demás, cuando somos lo suficientemente maduros para saber lo que está bien y lo que está mal, detrás de cada decisión hay un motivo. A veces nos sentimos solos, otras veces la presión puede con nosotros, algún suceso, algún desafortunado sentimiento, motivos que nos impulsan a cometer malas decisiones, decisiones de las que podemos aprender, con o sin ayuda, porque cuando dejamos de depender de los demás emprendemos un camino solos, en el que tomamos decisiones, y sí, pueden estar algo influenciadas por opiniones, pero al fin y al cabo las tomamos nosotros. Y hay que aprender a ser lo suficientemente fuertes para aguantar lo que viene tras esa decisión, pero con suerte tendrás a alguien en el que apoyarte. Por tanto no dejes de tomar decisiones por el miedo a fallar o al que dirán, EQUIVÓCATE!, cae y vuelve a caer, las malas decisiones al principio hacen que nos enfademos, que sintamos una gran impotencia pero al mismo tiempo nos incitan a querer arreglarlo, a reparar eso que hicimos mal, nos hacen mejores personas, nos hace humanos. A veces las malas decisiones hacen buenas historias.
Estar preparado es importante, saber esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida.
lunes, 20 de febrero de 2012
And I will try to Fix You
A veces tomamos malas decisiones por las que somos criticados, decisiones que una vez tomadas nos hacen la vida un poco más difícil, que cambian nuestro destino. Y si eso nos es suficiente siempre hay alguien que se encarga de recordártelo de por vida, te recuerda como fallaste, convierte tu problema en el único tema del que hablar, y a esas personas les pregunto ¿no tenemos derecho a fallar?, ¿qué nos hace distintos a vosotros?, ¿solo podéis fallar vosotros?, ¿os habéis preguntado que motivo nos llevó a hacerlo? Muchas veces tras una mala decisión hay un motivo oculto que nadie intenta conocer. La vida no solo se trata de tomar decisiones sino de aprender a encajar las críticas cuando hacemos algo mal o simplemente si no es cierto lo que dicen ya sabéis oídos sordos, porque van a ser pocas las personas que se acerquen a preguntarte ¿por qué lo hiciste realmente? Porque solo las personas que con una palabra o mirada saben que estás mal, esas personas sabrán que hubo algo que te impulsó a hacerlo. A la gente le gusta hablar, criticar sin conocer a una persona, no intentan ponerse en tu lugar, es muy fácil mirar con malos ojos a una persona sin conocer su historia.
Comenzamos a tomar decisiones cuando dejamos de depender de los demás, cuando somos lo suficientemente maduros para saber lo que está bien y lo que está mal, detrás de cada decisión hay un motivo. A veces nos sentimos solos, otras veces la presión puede con nosotros, algún suceso, algún desafortunado sentimiento, motivos que nos impulsan a cometer malas decisiones, decisiones de las que podemos aprender, con o sin ayuda, porque cuando dejamos de depender de los demás emprendemos un camino solos, en el que tomamos decisiones, y sí, pueden estar algo influenciadas por opiniones, pero al fin y al cabo las tomamos nosotros. Y hay que aprender a ser lo suficientemente fuertes para aguantar lo que viene tras esa decisión, pero con suerte tendrás a alguien en el que apoyarte. Por tanto no dejes de tomar decisiones por el miedo a fallar o al que dirán, EQUIVÓCATE!, cae y vuelve a caer, las malas decisiones al principio hacen que nos enfademos, que sintamos una gran impotencia pero al mismo tiempo nos incitan a querer arreglarlo, a reparar eso que hicimos mal, nos hacen mejores personas, nos hace humanos. A veces las malas decisiones hacen buenas historias.
Comenzamos a tomar decisiones cuando dejamos de depender de los demás, cuando somos lo suficientemente maduros para saber lo que está bien y lo que está mal, detrás de cada decisión hay un motivo. A veces nos sentimos solos, otras veces la presión puede con nosotros, algún suceso, algún desafortunado sentimiento, motivos que nos impulsan a cometer malas decisiones, decisiones de las que podemos aprender, con o sin ayuda, porque cuando dejamos de depender de los demás emprendemos un camino solos, en el que tomamos decisiones, y sí, pueden estar algo influenciadas por opiniones, pero al fin y al cabo las tomamos nosotros. Y hay que aprender a ser lo suficientemente fuertes para aguantar lo que viene tras esa decisión, pero con suerte tendrás a alguien en el que apoyarte. Por tanto no dejes de tomar decisiones por el miedo a fallar o al que dirán, EQUIVÓCATE!, cae y vuelve a caer, las malas decisiones al principio hacen que nos enfademos, que sintamos una gran impotencia pero al mismo tiempo nos incitan a querer arreglarlo, a reparar eso que hicimos mal, nos hacen mejores personas, nos hace humanos. A veces las malas decisiones hacen buenas historias.
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